En un proceso plagado de obstáculos y tensiones, el Frente Amplio por México, la alianza compuesta por PAN, PRI y PRD, ha alcanzado un hito crucial en su búsqueda de un candidato o candidata para las elecciones presidenciales y legislativas del próximo año. Con una alianza que ha unido a antiguos rivales políticos, el camino hacia la selección ha sido tumultuoso, enfrentando críticas internas y externas a cada paso.
Este miércoles, la coalición tiene previsto anunciar cuáles de los aspirantes han logrado recolectar las firmas de apoyo necesarias para avanzar en el proceso de selección. La etapa de recolección, que requería 150,000 firmas con representación en 17 de los 32 estados del país, culminó en el último minuto del martes tras casi un mes de intensos esfuerzos.
Seis aspirantes han afirmado haber alcanzado la cuota: Santiago Creel y Xóchitl Gálvez del PAN, Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid del PRI, así como Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles del PRD. Tras una revisión y depuración de las firmas, el Frente anunciará cuáles de ellos avanzarán a la siguiente etapa, donde se someterán a evaluaciones y encuestas.
Sin embargo, esta etapa de selección no ha estado exenta de controversia. La senadora Xóchitl Gálvez, considerada una de las favoritas, ha cuestionado públicamente el proceso, acusando a algunos aspirantes de obtener «una captura masiva de firmas» a través de intermediarios, socavando el carácter ciudadano del proceso. Sus acusaciones de irregularidades no son triviales en un contexto donde el acopio masivo de firmas por medios electrónicos ha sido utilizado en procesos electorales para cometer fraude.
Por otra parte, la renuncia del exsenador Jorge Luis Preciado del PAN, quien denunció irregularidades en la plataforma de firmas que afectaron su registro, pone en entredicho la transparencia del proceso. Preciado incluso afirmó que existe un acuerdo entre las cúpulas de los partidos para imponer a Gálvez como candidata.
El camino del Frente ha estado lleno de dificultades desde el principio. A pesar de formar un consejo de especialistas para supervisar el proceso, varios miembros renunciaron ante la intervención de los partidos políticos en el control. Las deserciones de senadores como Lilly Téllez y Claudia Ruiz Massieu, del PAN y PRI respectivamente, debido a la falta de equidad y transparencia en el proceso, han subrayado la inestabilidad interna.
La formación de una Misión de Acompañamiento Cívico, un observatorio electoral compuesto por representantes de México y otros países, busca brindar confiabilidad al proceso y al resultado que se conocerá el 3 de septiembre. Sin embargo, estos esfuerzos por solucionar las grietas internas también señalan las dificultades en la coalición opositora.
El proceso de selección en el Frente Amplio por México es un ejemplo contundente de cómo las tensiones internas y la falta de claridad pueden impactar en una coalición política, resaltando la complejidad de unir a fuerzas políticas divergentes en la búsqueda de un objetivo común.